Juan Andrés García González, voluntario de la Cruz Roja y enfermero del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ciudad Juárez, Chihuahua, murió luego de que presentara complicaciones tras de contraer la enfermedad COVID-19.
Al funeral del trabajador de la salud acudieron varios compañeros paramédicos y empleados del Hospital General Regional (HGR) número 66 del IMSS, ahí también se encontraba su hija Andrea Sofía, de tan solo 10 años.
Por medio de un comunicado, la Cruz Roja informó que Juan Andrés trabajó con ellos durante 14 años como Técnico en Urgencias Médicas. “Durante su labor, fue un ejemplo invaluable de entrega para compañeros y un aliciente para aquellas personas que logró salvar su vida”.
Además, la institución resaltó que la familia del voluntario se había entregado por completo a ser parte de la Cruz Roja, “Su madre Bertha Elena González Rocha quien fue la primera mujer socorrista de 1983-1987 y sigue activa en el área de veteranos y su padre Juan García Colchado de 1981 a 1987 desempeñándose como instructor y comandante del cuerpo socorristas, ejemplo y vocación que heredó sin duda Juan Andrés”.
La misiva señala que García González perdió la vida el pasado 7 de junio debido a un shock séptico.
Bertha Elena González Rocha dijo a El Diario de Juárez durante el funeral de Juan Andrés: “Tengamos cuidado, veamos que las cosas son reales, que esto está pasando en verdad. Mi hijo no tenía por qué haberse contaminado por gente que a lo mejor es necia y no quiere hacer caso de cuidarse y estar en casa”.
“Mi hijo dio hasta su vida por los demás y aquí estamos llorando su pérdida, porque no puedo hacer otra cosa, no pudimos y es una impotencia muy grande no poder hacer algo por tu hijo”, lamentó la madre Juan Andrés.
Bertha Elena también contó: “Mi hijo unos días antes me dijo ‘mamá, tengo miedo, esto está muy feo’, pero no imaginé que nos iba a llegar, a mis hijos; nosotros nos contaminamos toda la familia”.
Su hermana Adriana, quien también es enfermera del IMSS, dijo al citado medio que el 22 de abril fue cuando su hermano comenzó con síntomas: fiebre, dolor de cabeza y tos. Así que lo estuvieron cuidando en casa, pero el 27 él mismo les dijo que ya no podía respirar, por lo que lo internaron en el Hospital General Regional número 66; al siguiente día lo intubaron y así se mantuvo durante 3 semanas.
El 18 de mayo le quitaron los tubos y el 7 de junio fue dado de alta (ya con un diagnóstico negativo del COVID-19), sin embargo, ese mismo día comenzó a sentirse mal por la tarde y esta vez lo llevaron a un hospital particular, donde murió a las 21 horas por las complicaciones y secuelas que le dejó haber tenido el virus.
En Chihuahua ya suman 535 personas entre médicos, enfermeros y trabajadores de la salud, infectadas por el coronavirus, 13 de ellos han perdido la vida.