El perturbador hallazgo de 17 cuerpos apilados en una pequeña morgue en una casa de cuidado de ancianos en Nueva Jersey ha sacudido a la opinión pública local. Y se trata sólo de una fracción de los fallecimientos que en ese centro han sucedido en días recientes, algunos explícitamente por causa del COVID-19 y otros sin una causa de muerte clarificada.
El pasado lunes, de acuerdo al relato de The New York Times, la policía en la localidad de Andover, Nueva Jersey, recibió denuncias anónimas que afirmaban que los cadáveres eran guardados en un cobertizo contiguo al Centro de Cuidado Intermedio y Rehabilitación I y II de Andover, conocido como Andover Subacute.
Cuando las autoridades acudieron al lugar, los 17 cadáveres ya habían sido trasladados a una pequeña morgue dentro de ese centro pero estaban acumulados en un reducido espacio para cuatro cuerpos.
Y ellos solo son una porción de la tragedia que asola Andover Subacute: se han registrado recientemente 66 muertes de pacientes allí, personas de la tercera edad que requieren asistencia por tener diversos padecimientos, y también dos empleados de enfermería, de acuerdo al Times.
Andover Subacute es el centro de su tipo más grande en Nueva Jersey, con 700 camas de capacidad, y como muchos otros lugares de cuidado de ancianos ha sido severamente afectado por el COVID-19, pues las personas de la tercera edad son especialmente vulnerables a ella.
Hay mucho que no se conoce de lo que sucede dentro de Andover Subacute. De los 68 pacientes fallecidos, solo 26 dieron positivo de coronavirus, pero del resto no se ha especificado la causa de la muerte.
Podría haber sido también COVID-19 u otras razones, y en realidad en los dos edificios de Andover Subacute se han registrado 76 pacientes y 41 trabajadores, entre ellos el administrador, contagiados con coronavirus, de acuerdo a documentos oficiales citados por el Times.
De acuerdo al periódico USA Today, en total fueron 18 los cuerpos retirados en estos días de ese centro.
Las personas infectadas han sido alojadas, se informa, en espacios separados al resto de los pacientes, pero la cantidad de contagios sugiere que los problemas en ese centro, como en otros similares, son mayúsculos.
El riesgo, y el temor de los familiares, de que más personas puedan allí contagiarse y morir es muy alto. Y, por añadidura, la comunicación con los enfermos con frecuencia no es posible y las familias pasan en vilo y continuamente angustiosas horas sufriendo por la condición y destino de sus seres queridos.
Los centros de cuidado de ancianos son foco de muy altos índices de muertes a causa de COVID-19. Pero en el caso de Andover Subacute a esa ruda realidad general se han sumado otras sospechas, pues incluso antes de que se desatara la epidemia ese centro había sido calificado como “muy por debajo del promedio” por Medicare, el seguro médico público para jubilados, en aspectos como cantidad de personal, cuidado de pacientes y resultado de inspecciones.