Meghan Markle y su esposo el príncipe Harry regresaron a Londres para cumplir con sus últimos compromisos con la familia real antes de que empiecen a hacer sus vidas en Canadá y es una visita que tiene a todos hablando. La pareja, que hace unos meses decidió decidieran mudarse a Canadá y desligarse casi por completo de sus compromisos como duques de Sussex, luce más feliz y unida que nunca, y sobretodo superfabulosa y combinada.
Como de costumbre Markle ha deslumbrado con los atuendos que lucido durante su estancia en dicho país. Su primer compromiso fue una visita secreta al Teatro Nacional a dónde llegó ataviada con una falda blanca tipo lápiz con abertura frontal de Roland Mouret y una blusa con mangas tipo globo de Topshop.
Ese mismo día la duquesa llegó la gala de los Endevour Fund Awards junto a su esposo y luciendo un clásico y ceñido vestido a la rodilla de Victoria Beckham, que combinó con zapatos azul marino de punta, un clutch tipo caja y una cola de caballo. También la vimos cómo dejó a todos boquiabiertos al llegar al Mountbatten Film Festival con un elegante traje rojo de Safiyaa. Pero lo que sería su último look como su majestad es realmente fabuloso.
Para el servicio religioso anual del Commonwealth en la iglesia Westminster Abbey, Markle eligió un hermoso y ceñido vestido verde esmeralda con semi-capa de Emilia Wickstead con un fascinator del mismo del diseñador William Chambers. Para complementar su look la duquesa de Sussex optó por zapatos crema de punta de Aquazzura y un moderno bolso de Gabriella Hearts.
Definitivamente Markle eligió el look perfecto para cerrar con broche de oro su corto pero intenso tiempo como parte de una de las familias reales más importantes del mundo. Ahora solo queda esperar cómo será la vida de la pareja en Canadá y qué tanto cambiará su look la exactriz, quien ya no tendrá al su alcance el dinero para obtener piezas de los diseñadores más importantes y costosos. Pero estamos seguras de que seguirá luciendo increíble.