Viajó a Japón con la promesa de convertirse en modelo y fue víctima de trata y violencia sexual

Cuando tenía 19 años, Norma creyó haber encontrado la oportunidad de su vida: le ofrecieron irse a Japón para trabajar como edecan y modelo.

Ella es oriunda de Culiacán, Sinaloa, y cómo muchas familias de la región, la falta de dinero siempre fue una constante durante su infancia. Corrían los años 80′s. Su padre acababa de fallecer y los problemas económicos no hacían más que agravarse.

En ese contexto, la oferta de trabajo en Japón se presentó como una gran oportunidad para revertir su futuro y el de su familia: tendría dinero, podría ayudar a su madre y a sus hermanos y además alcanzaría su sueño de convertirse en modelo.

Sin pensarlo más, a pesar de las reservas de su madre, firmó un contrato de dudosa procedencia. “Mi mamá me decía muerta de miedo: ‘No sé a lo que vas, pero la necesidad es tan grande. Espero que sea algo de bien porque necesitamos el dinero”.

En menos de tres meses, sus empleadores gestionaron todo por ella. Le sacaron su pasaporte, su visa Y le confirmaron que había sido aceptada por la “agencia de modelaje”.

Nota por Infobae