WASHINGTON.- El jefe de la Marina estadounidense, Richard Spencer, se vio obligado a dimitir a última hora de ayer por una controversia en torno a un soldado de élite acusado de crímenes de guerra e indultado por el presidente Donald Trump .
Spencer, al que el secretario de Defensa Mark Esper acababa de pedir que dimitiera, confirmó su marcha en una carta abierta en la que criticó a Trump, comandante en jefe de las fuerzas armadas estadounidenses.
«Ya no comparto la misma visión que el Comandante en Jefe que me nombró, respecto a los principios fundamentales del buen orden y de la disciplina», escribió Spencer en una carta publicada por los medios estadounidenses.
«Reconozco, por la presente, el cese de mis funciones como secretario estadounidense de la Marina», declaró.
Horas antes, Esper había reclamado que Spencer renunciara a su cargo, una función civil.
Esper «solicitó la renuncia del Secretario de la Marina Spencer después de perder la confianza en él por su falta de franqueza sobre las conversaciones con la Casa Blanca sobre el manejo del caso del navy seal Eddie Gallagher», dijo el Departamento de Defensa en un comunicado.
Gallagher, del comando de los navy seals, había sido juzgado por crímenes de guerra en un caso muy seguido en Estados Unidos.
El 2 de julio se lo declaró no culpable del asesinato de un prisionero en Irak en 2017 y se lo absolvió de dos intentos de asesinato sobre civiles iraquíes.
Pero el soldado de élite sí fue declarado culpable de haber posado junto al cadáver de un joven junto a otros militares, una foto que podía «perjudicar a las fuerzas armadas», según el acta de acusación.
La Marina lo degradó a raíz de esa condena, una sanción que reducía su paga y su pensión de jubilación. Sin embargo, el 15 de noviembre Trump revocó la degradación.
El Departamento de Defensa acusó a Spencer de proponer en privado a la Casa Blanca que, si no interferían con los procedimientos de mala conducta en contra de Gallagher, entonces él se retiraría sin ser expulsado de la fuerza de élite.
Spencer supuestamente no compartió su propuesta con el Secretario de Defensa, Mark Esper, que aseguró estar «profundamente preocupado por esa conducta».
La Marina de Estados Unidos lanzó un procedimiento mediante el cual una junta de revisión podría expulsar a Gallagher y a otros tres miembros de su unidad. Pero la intervención de Trump puso en entredicho ese proceso.