Tampico, Tam.- Con una marea de fondo que levante el nivel del mar entre 2 y 3 metros en la zona sur de Tamaulipas se generarían serios problemas, pues el cordón litoral está por desaparecer debido a la erosión natural y por la construcción del dragado del canal de navegación de la Administración Portuaria Integral de Altamira.
Sergio Jiménez Hernández, director del Centro de Investigación y Desarrollo en Ingeniería Portuaria Marítima y Costera, (CIDIPORT) en rueda de prensa dijo que hay proyectos de reparación, pero los recursos provenientes de la API de Altamira no se han aplicado, los cuales se estiman en 600 millones de pesos.
Ante la falta de atención a este tema, que es sumamente preocupante, unas 60 mil familias de la zona norte del municipio de Ciudad Madero, y oriente de Altamira podrían quedar bajo el agua al registrarse un huracán, o bien una marea de tormenta.
Y es que señala que en la parte más deteriorada del cordón litoral, sólo cuenta con una protección de 20 centímetros de elevación, lo que al ser vulnerado con una marea de tormenta de tan sólo un metro de altura, formaría una bahía en la zona de las marismas, quedando vulnerable la zona sur de Tamaulipas.
Del 2006 al 2015 ha perdido 98 metros de longitud y protección, haciendo hincapié que en el 2007 se recorrió 15 metros y previo 20 años el proceso de erosión se estuvo dando, teniendo un deterioro de 180 metros en total.
Precisó que en 2004 pasó de largo un ciclón que fue a pegar a Luisiana, Estados Unidos, pero en su paso dejó una marea de fondo de 30 centímetros que hizo que se perdieran 60 metros de playa en Miramar.
Precisó que en 2011 se asignó un recurso para la reparación del cordón litoral a petición expresa del Congreso de la Unión, sin embargo el recurso estuvo retenido por la falta del proyecto ejecutivo, mismo que fue entregado por el Instituto del Transporte hasta el 2013, pero el dinero ya no estaba disponible.
Precisó que hoy en día la API de Altamira ha anunciado el recurso para la reparación del cordón litoral, pero el proyecto no se ha ejecutado y sólo se ha creado un camino de acceso hacia esa área.
Jiménez Hernández reiteró que de no poner atención a la problemática, se estarían generando daños por más de 1,500 millones de dólares, cuando se puede reparar con 600 millones de pesos.
“Pero ahora vemos que la API de Altamira prácticamente está acéfala, no sabemos qué va a pasar”, dijo y aseveró que lo ideal es acelerar la obra y con ello evitar tragedias que puede cobrar hasta vidas por una inundación de altas magnitudes.