Martí Batres y Ricardo Monreal fracturan a Morena por la lucha del poder

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Este lunes, los senadores de Movimiento Regeneración Internacional (Morena), el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y que son mayoría legislativa, realizaron una votación interna para definir si el presidente de la Cámara Alta podría reelegirse o dejar paso a un nuevo liderazgo dentro del partido.

Esto evidenció una nueva fractura al interior del instituto político, entre el grupo que encabeza Martí Batres Guadarrama, el actual presidente del Senado, y el que sigue a Ricardo Monreal Ávila, líder del grupo parlamentario de Morena en la Cámara Alta y presidente de la Junta de Coordinación Política, integrada por los líderes de todos los partidos que integran el cuerpo legislativo.

Batres, que buscaba la reelección en el cargo que ostenta desde septiembre de 2018, sucumbió en la votación, ya que sus compañeros decidieron que la dirigencia deberá cambiar con 33 votos a favor y 29 en contra de la medida. Cuatro senadores anularon su boleta, incluido Monreal, que citó la «unidad» para emitir su voto.

«Al ejercer mi voto para la reelección de la Mesa Directiva del Senado mexicano o la elección de una nueva fórmula, lo hice por ambas opciones. Entendiendo que será anulado o considerado abstención. Respetaré la decisión de la mayoría de las y los senadores», dijo el ex gobernador del estado de Zacatecas.

Pero Batres, ex presidente nacional de Morena, denunció que de última hora se había permitido que votaran también los senadores del conservador Partido Encuentro Social (PES), con quienes suelen hacer coaliciones tanto en el Congreso como en elecciones locales y nacionales desde el año pasado.

«Se convocó a votar a senadoras y senadores de Morena. De última hora se dejó votar al Grupo del PES. En consecuencia debe dejarse votar al Grupo Parlamentario del PT (Partido del Trabajo)», acusó Batres. Los legisladores del PT también son aliados de Morena.

Por su parte, los coordinadores de las bancadas de oposición, tales como el PRI (Partido Revolucionario Institucional), PAN (Partido Acción Nacional), PRD (Partido de la Revolución Democrática) y el MC (Movimiento Ciudadano) habían expresado desde julio que el Senado necesitaba una renovación de su Mesa directiva que encabezase una mujer.

«Es en aras de la paridad, es una propuesta, obviamente la tiene que analizar la mayoría», expresó el líder perredista en el Senado, el ex jefe de gobierno de la Ciudad de México Miguel Ángel Mancera. «Yo en lo personal no tengo ninguna queja de la presidencia de Batres, pero el planteamiento se hace por equidad de género», añadió.

Con los resultados de la votación entre los senadores morenistas, los legisladores votarían por la dirigencia, pero todas las posibles candidatas al cargo, entre  ellas Imelda Castro, Ana Lilia Rivera y Marybel Villegas, declinaron todas en favor de la representante de Tabasco Mónica Fernández Balboa.

El presidente del Senado se elige con una mayoría simple del pleno de la Cámara (128 legisladores en total), pero el candidato usualmente está elegido por consenso en la Junta de Conciliación política, que encabeza Monreal.

Inmediatamente, Batres desconoció el proceso. «No avalo los resultados de la votación en el Grupo Parlamentario de Morena para definir la propuesta para Mesa Directiva del Senado», escribió en sus redes sociales, y apuntó contra Monreal, a quien responsabilizó de ensuciar el proceso.

«El senador Ricardo Monreal ensució el proceso interno del Grupo Parlamentario de Morena a lo largo de todas estas semanas y con una maniobra de último momento al dejar votar a legisladores que no eran del partido», detalló.

Además, Batres dijo que Monreal lo había «perseguido» y «combatido» para sacarlo de la Mesa directiva del Senado. «¿Qué logró? Exhibirse como un político faccioso incapaz de encabezar un amplio movimiento. El riesgo es que regresemos a las épocas del cacicazgo y el poder de un sólo individuo», denunció.

«Lo han dicho otros y se corroboró hoy: Ricardo Monreal es un factor de división en Morena. Le hace mucho daño a nuestro movimiento», concluyó Batres.

Por su parte, Monreal festejó que se había llevado a cabo un «proceso inédito en la historia del Senado». «Al votar de manera directa, en secreto y en urna transparente, la reelección o elección de la Mesa Directiva, los senadores hicieron un buen ejercicio democrático», señaló.

Sobre los dichos de Batres, Monreal expresó que «en política, las decisiones que se toman suscitan controversia y hasta polarización. El Grupo Parlamentario de Morena votó en libertad. Comprendo las reacciones y las descalificaciones: son injustas, pero actuaremos con tolerancia y altura de miras. #UnidadEnMorena», expresó en sus redes sociales.

Después, en rueda de prensa, y acompañado de más de una treintena de senadores morenitas, Monreal pidió un aplauso por las mujeres del grupo parlamentario.

«Fueron el ejemplo de tolerancia, acuerdo y consenso. Ellas declinaron (sus candidaturas) para procurar la unidad. Se alejaron de cualquier ambición personal, de interés legítimo, y nos pusieron la muestra a los hombres, votando todos por unanimidad, por Mónica Fernández para presidenta», señaló.

Monreal detalló que uno de los secretarios de la Mesa Directiva será el senador Primo Dothé y faltan por decidir la vicepresidencia del Senado y una de las secretarías, que serán anunciados a lo largo del día.

«Lo que queremos es la unidad, no nos interesa nada sino la cohesión y la fortaleza. No vamos a hacer ninguna réplica ni crítica ni menos vamos a descalificar a nuestros compañeros de partido, hacemos un llamado respetuoso al presidente Batres para que se incorpore con nosotros, hay muchas tareas que hacer», pidió Monreal.

«No vamos a profundizar en diferencias, celebro la madurez del grupo y la inteligencia de sus integrantes. El grupo no se va a dividir, se los garantizo. La agenda es muy amplia», concluyó, recordando que el 29 de agosto, los senadores morenitas se reunirán con López Obrador para conversar sobre diversos temas.

Este no es el primer cruce entre Batres y Monreal. A mediados de 2017, en las «primarias» de Morena para elegir a su candidato para la jefatura de gobierno de la capital mexicana, ambos se enfrentaron entre sí y con Claudia Sheinbaum.

Sheinbaum acabó imponiéndose a ambos después de que se realizara una encuesta entre sus votantes, y en julio de 2018 ganó las elecciones de la Ciudad de México, que gobierna desde diciembre.

A pesar de Monreal intentó impugnar los resultados que le dieron a Sheinbaum la candidatura, acabó reconociéndolos y, después de que se especuló sobre su salida del partido para lanzar su propia candidatura en la capital del país, acabó siendo uno de los coordinadores regionales durante la campaña presidencial de López Obrador.