En 2015 Dave Hole encontró una gran roca rojiza cuando buscaba oro cerca de Maryborough, el pueblo australiano en el que vive. Le llamó la atención que esa piedra fuera mucho más pesada de lo que parecía y por eso pensó que tenía que haber dentro una pepita del metal precioso que lo obsesionaba. Entonces, intentó romper el pétreo hallazgo.
Intentó abrirla con una sierra para rocas. Luego, con un martillo, y tampoco pudo. Finalmente la alzó sobre su cabeza y la estrelló contra el suelo pero la roca no recibió ni un rasguño. Hole pensó: «¿Qué es esta cosa que encontré?»
Pero Hole estaba equivocado. La roca rojiza que había encontrado cerca de su pueblo, a unos 140 kilómetros de la ciudad de Melbourne, no tenía nada que ver con el oro. Se trataba de un elemento proveniente de más allá de la tierra, con una antigüedad de más de 4600 millones de años, según consigna el medio australiano The Sydney Morning Herald.
Dermot Henry y Bill Birch son geólogos y trabajan en el Museo de Melbourne. Parte de su trabajo es defraudar a las personas que llegan hasta ese lugar con diferentes tipos de rocas esperando que sean meteoritos. De los miles de minerales que Henry a examinado en sus 37 años en el museo, solamente dos lo fueron.
Pero en el momento exacto en que el señor Hole llegó con su roca empacada en su mochila, comenzaron a emocionarse. El material que había traído el buscador de oro «tenía un aspecto esculpido y con hoyuelos», según lo describió Henry, que explicó: «Esto se forma cuando los meteoritos atraviesan la atmósfera, porque se están fundiendo en el exterior y la atmósfera los esculpe».
Su colega, el doctor en geología Birch supo que se trataba de un objeto proveniente del espacio cuando lo levantó. «Si alguien vio una roca en la tierra como esta, y la recogió, no debería ser tan pesada».
Las pruebas de laboratorio confirmaron rápidamente las sospechas de los especialistas. La roca del señor Hole era un meteorito de 4.600 millones de años.
Características del meteoritoLa roca, ahora conocida como el meteorito de Maryborough por el lugar en el que fue hallada, es muy pesada porque está llena de formas muy densas de hierro y níquel, algo que lo diferencia de las rocas stándar de la tierra.
Henry usó una sierra de diamantes ultra dura para cortar un extremo del objeto, que tiene unos 39 centímetros de largo y 14 de altura y de ancho, y pesa -mucho para esas medidas- unos 17 kilos. El corte reveló pequeñas gotas como de lluvia plateadas, que son restos de minerales de silicato que se cristalizaron en la nube de gas supercaliente que era nuestro sistema solar hace miles de millones de años.
Este tipo de piedra hallada por Hole se denominan condritas, y son similares a las rocas que formaron la tierra en los comienzos. Hace 4600 millones de años nuestro sistema solar estaba conformado por bultos de esta condrita que rodeaban el sol. La gravedad agrupó a esas rocas para formar la tierra y los otros planetas rocosos.
Algunos bultos de condrita quedaron orbitando en el sistema solar, la mayoría de ellos ahora lo hacen en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
De vez en cuando, dos asteroides de este cinturón chocan entre sí, lanzando fragmentos de roca por fuera de su órbita. Así es como el meteorito de Maryborough habría comenzado su viaje, como un fragmento impusado para volar hacia la Tierra.
Los análisis de la roca sugieren que estuvo en la tierra por menos de 200 años, explica Henry. Eso significa que alguien probablemente la vio caer. Hay registros en los periódicos locales de bolas de fuego que cruzaron el cielo sobre Maryborough.
El meteorito hallado por el buscador de oro se exhibirá en el Museo de Melbourne el próximo 11 de agosto durante la Semana Nacional de la Ciencia. El señor Hole planea asistir para volver a ver a su roca, que viajó durante 4.600 millones de años para terminar en su pueblo.