Paraguay, un país hostil para la comunidad LGTBI; violencia y discriminación

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Asunción, 17 may (EFE).- La «discriminación total» que sufren las personas LGTBI «en todos los ámbitos de la vida», incluido el institucional, convierte a Paraguay en un lugar «hostil y violento» para ese colectivo, según denunciaron este viernes, Día Internacional contra la LGTBfobia, organizaciones proderechos humanos.

El «miedo» a perder el trabajo o el respeto de amigos o familiares es la tónica que impide realizarse como son a las personas LGTBI en Paraguay y que las mantiene «dentro del clóset», según explicó a Efe Nataly Cabañas, de Amnistía Internacional.

Cabañas indicó que la discriminación es «total» y se manifiesta en «todos los ámbitos de la vida» por el «estigma» negativo que recae sobre la comunidad y que, por ejemplo, provoca que cuando un homosexual acude a donar sangre, «se le niegue» la oportunidad.

A falta de datos oficiales, por la pasividad institucional, sobre las situaciones de discriminación y violencia que sufre el colectivo, son las organizaciones las que registran algunos casos.

En ese sentido, la activista de Aireana, organización defensora de los derechos de las lesbianas, Carolina Robledo, relató que, de los aproximadamente «500 casos» que reciben anualmente, «la mayoría» responden a la «discriminación familiar» que padecen los jóvenes y adolescentes, especialmente los pertenecientes a «familias religiosas».

Asimismo, denunció los «insultos y agresiones» e, incluso, las «expulsiones de lugares públicos» que se producen en Paraguay hacia las personas que muestran abiertamente su orientación sexual o su identidad de género, diferentes a las heterosexuales.

También las «detenciones e identificaciones arbitrarias» que realiza la Policía en la calle a esas personas y las «dificultades» que se encuentran en el mundo laboral, llegando incluso a poder perder su trabajo si hacen pública su diversidad sexual y de género.

A pesar de que desde ambas organizaciones aprecian cierto «avance social» debido a las «nuevas formas de pensar» de las generaciones recientes, advierten del «retroceso» que, a su juicio, vive Paraguay en el ámbito institucional por la «vuelta de sectores ultraconservadores».

En el último año, ambas cámaras legislativas de Paraguay, así como varios municipios se han proclamado «provida» y «profamilia», una actitud que, para Robledo, más que defender a la familia, «excluye a otros tipos de familia».

Tanto las organizaciones LGTBI como Amnistía Internacional reclaman la aprobación de una ley contra toda discriminación, que ya fue tumbada en 2014 por el Senado, al contener menciones explícitas a la orientación sexual y la identidad de género.

Robledo explicó que no se trata de una norma punitiva, sino «educativa», ya que «no busca penalizar» sino «sensibilizar» a través de campañas o de la imposición de trabajos sociales con organizaciones proderechos a las personas que discriminen, porque el objetivo es que la gente elimine los prejuicios.

Cabañas añadió que el «desconocimiento» hacia otras identidades es lo que fomenta la discriminación, por lo que también reclamó la inclusión en el sistema educativo de una «educación sexual integral» que incluya materias sobre la diversidad.

De acuerdo a datos de ONU-SIDA, Paraguay, junto a Surinam y Guyana, posee el índice de homofobia más alto de toda América. Ello en un contexto en que gran parte de los países de la región están legislando a favor de los derechos LGTBI.

(c) Agencia EFE