Estados Unidos.- Misterio, sospechas y tensiones políticas ya sobrepasan las fronteras de Argentina. Y ahora la especulación se ha incrementado. Altos mando militares de Estados Unidos expresaron públicamente su preocupación por las operaciones que realiza el gobierno chino en la estación espacial que construyó en la provincia de Neuquén, ubicada en pleno corazón de la Patagonia argentina.
Fue el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el almirante Craig Faller, quien hizo mención acerca de los riesgos de seguridad global que representa el proyecto que se puso en marcha a través de un convenio de cooperación científica entre China y la Argentina para “usos civiles”.
No obstante, desde el gobierno de Donald Trump sospechan que tal proyecto, que se puso en marcha durante la administración de Cristina Fernández de Kirchner, esconde otros intereses más oscuros que pondrían en jaque a “blancos estadounidenses”.
“La presencia china y sus actividades en la instalación de observación del espacio profundo en la Argentina son también preocupantes“, expresó Faller en un informe ante el comité de las fuerzas armadas del Congreso de Estados Unidos, según el diario Clarín.
Advirtió que “Beijing podría estar violando los términos de su acuerdo con Argentina de que conducirá (en la base lunar) actividades civiles y podría tener la capacidad para monitorear y potencialmente apuntar a objetivos de los Estados Unidos, sus aliados y socios en actividades espaciales”.
Es la primera vez que hay un pronunciamiento concreto del gobierno de de Donald Trump sobre el controvertido convenio que se firmó en 2015.
Desde esa base ubicada en inmediaciones del pueblo de Bajada del Agrio, China realizó el seguimiento del aterrizaje de una nave espacial en el lado oscuro de la luna.
Los resquemores que genera el proyecto están vinculados con los administradores de la base. Es que el programa espacial está dirigido por la agencia Control General de Seguimiento y Lanzamiento de Satélites de China, que depende del Ejército Popular de Liberación y no de un ente gubernamental.
Estados Unidos sospecha que la gigantesca antena que se instaló en la Patagonia, con una altura de 70 metros, sea utilizada con fines militares.
“Elegimos Argentina para instalar esta estación espacial porque desde aquí hay una proyección al espacio que no tiene el espacio profundo de China”, informó en 2018 la embajada del país asiático ante consultas de funcionarios y legisladores argentinos.
La estación espacial comenzó a ser construida en 2012 en medio de una fuerte polémica entre sectores políticos argentinos, que denunciaron su posible uso con propósitos militares.
Su inauguración oficial fue en diciembre de 2018, pero los diez científicos que trabajan en su interior estaban monitoreando la Luna desde diciembre de 2017.