Chihuahua.- Por acusaciones de abuso sexual y violación, las autoridades del estado de Chihuahua detuvieron en una sola semana a dos sacerdotes, quienes enfrentarán este jueves y viernes las audiencias que podría vincularlos a proceso si el Ministerio Público exhibe pruebas suficientes en su contra.
El primero de los detenidos es el padre Aristeo Baca, de 76 años, quien estaba al frente de la parroquia de Santa María de la Montaña, ubicada en la calle Lorenzo Ávalos, colonia Santa María, de Ciudad Juárez.
Policías Ministeriales detuvieron al sacerdote en la misma parroquia, la mañana del pasado sábado 9 de febrero. Había una orden de aprehensión en su contra por los presuntos los delitos de violación y abuso sexual con penalidad agravada, cometidos en perjuicio de niña de 12 años que era monaguilla en su iglesia.
La madre de la menor presentó la denuncia en diciembre del año pasado ante la Fiscalía Especializada de Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM).
En la declaración acusa al sacerdote de cometer abuso sexual contra la niña desde 2015 –cuando ella apenas tenía 8 años– y hasta enero de 2018 que la menor se negó a ir a la iglesia.
La madre relató que fue el padre Baca le pidió permiso para que la niña lo ayudara en las misas como monaguilla, aunque aún no había celebrado su Primera Comunión.
Los padres aceptaron porque confiaban en el sacerdote y ellos mismo eran miembros activos de la congregación.
En su relato de hechos, la menor aseguró que el padre siempre la sentaba en sus piernas y ante el Ministerio Público narró uno de los episodios de abuso que presuntamente ocurrieron en la parroquia.
«Cuando tenía ocho años (en el 2015), un domingo como a las 07:30 de la mañana llegamos a la casa parroquial… yo me quedaba sola con el padre en la casa, y el padre me quería dar un abrazo porque me dijo que me quería mucho, y yo fui con el padre para abrazarlo y me abrazó, y me sentó en una pierna y me dijo que así no le gustaba, y me sentó en sus dos piernas quedando cara a cara y mis piernas quedaron abiertas y el padre me abrazó y con una mano me sujetaba de la espalda y con la otra me empezó a tocar», relató la niña .
La víctima –cuya identidad quedó bajo reserva por instrucciones de la jueza de Control que escuchó la formulación de cargos contra el padre– aseguró que cuando comenzó todo ella no sabía que la conducta del sacerdote estaba mal y por eso no decía nada. «El padre siguió tocándome todos los domingos por debajo de mi ropa», dijo.
Sin embargo, cuando la niña cursó el quinto año de primaria y recibió clases de educación sexual, se dio cuenta de que estaban abusando de ella y aun aseguró que el sacerdote la había violado.
«El padre me dijo que jugáramos a la escondidas, a mí me tocó contar y el padre se fue a esconder y yo lo estaba buscando para decirle que ya me quería ir a la casa. Yo encontré al padre, estaba atrás de la puerta de su cuarto y el padre me sujetó de mi brazo derecho y me llevó a la cama y me acostó y se puso encima de mí», narró.
El 28 de enero del 2018 la víctima se atrevió a decirle al padre Aristeo Trinidad Baca que no quería que la volviera a tocar y en diciembre de ese año pudo confesarle a su madre que él la había violado y abusado de ella.
El informe médico elaborado por una perito de la Fiscalía de Género documentó que la niña sí presenta datos compatibles con una violación y en la valoración psicológica señala que la menor sufre ansiedad y estrés debido a las agresiones sexuales de que fue objeto, por lo que recomendó tratamiento psicológico especializado.
La misma tarde del día de su detención, la juez de Control determinó que el sacerdote debía permanecer en prisión preventiva por la gravedad de las acusaciones en su contra.
Al día siguiente, Aristeo Baca ingresó al Centro de Reinserción Social 3, donde permanecerá en el área de Ingreso hasta la audiencia de este 14 de febrero en que la juez decidirá si lo vincula a proceso.
La detención Aristeo Baca sacudió a la diócesis de Ciudad Juárez y aun a las autoridades del estado, incluido el gobernador Javier Corral, con quien mantenía una estrecha relación.
La diócesis ha decidido respaldar a su sacerdote. Su portavoz Hesiquio Trevizo expresó su confianza en el sacerdote y pidió espera el desahogo de pruebas para emitir algún juicio.
«Ahorita está muy de moda este tipo de casos y muchas veces influyen otros factores, por eso necesitamos esperar a que se descarguen los señalamientos».
El gobernador Corral dijo que la noticia de la detención de Baca lo afectó moralmente porque es su amigo.
«Como católico, es un asunto que me resulta muy doloroso, muy lamentable, un tema que me ha consternado, pero como gobernador de Chihuahua no tengo otra alternativa que aplicar la ley», dijo.
Desde el día de su detención, feligreses de su parroquia se han concentrado frente al penal estatal donde está preso Aristeo Baca para rezar por su libertad, pues confían en que es inocente.
En medio de este escándalo, la Fiscalía de Chihuahua informó sobre la detención de otro sacerdote, Ramiro Plascencia González, también acusado de abuso sexual en contra de un joven de 17 años.
Este párroco estaba asignado a la parroquia de San Buenaventura, municipio de Casas Grandes. Allí llegó en julio del año pasado, luego de que la diócesis lo trasladó de la iglesia de Nuevo Casas Grandes sin explicación.
En la denuncia presentada ante el Ministerio Público, la madre de la víctima relató que el abuso sexual ocurrió el 23 de septiembre de 2018. Ese día el menor acompañó al padre a Ciudad Juárez, adonde iba a dar una misa, y lo había invitado porque también era cumpleaños del muchacho.
Tenían previsto dormir en un seminario, pero el sacerdote decidió que se quedaran en el motel La Siesta, en donde cometió el abuso sexual contra el menor.
El fiscal del caso afirmó que el sacerdote se valió de su posición jerárquica y de la fe del muchacho para actuar en su contra.
Aunque pidió la prisión preventiva para el sacerdote, el juez dejó que enfrentara el proceso penal en libertad, con la condición de no comunicarse ni acercarse al denunciante o sus familiares por lo menos durante un año.
La audiencia para determinar su vinculación a proceso está prevista para el viernes 15 de febrero.
Luego de que estos casos comenzaron a circular en la prensa, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera, dijo que en los últimos 9 años han retirado de sus labores a 152 sacerdotes por estar relacionados con crímenes sexuales.
Algunos han enfrentado proceso penal y están en prisión, dijo, pero no especificó cuántos ni reveló nombres.