Dejar agua y comida para migrantes en el desierto de Arizona podría llevarlas a la cárcel

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Su misión es salvar vidas de personas sumidas en condiciones de extrema rudeza y lo hacen brindando ayuda tan básica como ofrecer comida y agua a beneficiarios anónimos. Pero ello les podría costar a cuatro voluntarias una sentencia de seis meses de prisión y una multa de 500 dólares.

Se trata de Natalie Hoffman, Oona Holcomb, Madeline Huse y Zaachila Orozco, integrantes del grupo No More Deaths (No más muertes) de la Iglesia Unitaria Universalista de Tucson, Arizona, quienes tienen como misión colocar paquetes con  alimentos y bebidas en terrenos aislados y agrestes en el área de la frontera para con ello tratar de evitar que migrantes que cruzan por allí, tras haber ingresado a Estados Unidos desde México,  sufran e incluso mueran a causa de los estragos de la sed y el hambre.

Como reportó la cadena CNN, las cuatro integrantes de No More Deaths fueron acusadas y halladas culpables de ingresar sin permiso a terrenos del Refugio Nacional de la Vida Salvaje de Cabeza Prieta y de abandonar propiedad allí en agosto de 2017. La zona es una extensa área natural al sur de Arizona, por donde ha sido frecuente el paso de indocumentados y en donde, según esa organización, 155 migrantes han muerto de 2001  a la fecha. Y organizaciones sitúan en miles los fallecidos al internarse en el país al cruzar zonas aisladas y sujetas a los graves rigores del calor, el frío y la falta de suministros vitales.

Así, la misión de las inculpadas –y de otros cinco integrantes de esa organización que enfrentan cargos similares e irán a juicio en febrero y marzo– puede ser considerada como un trabajo de auxilio humanitario desde una óptica amplia y ética, pero en todo caso la corte los halló culpables de varias violaciones legales y un juez les dictará sentencia próximamente.

Esa condena ha causado malestar entre organizaciones humanitarias, que ven la labor de esas voluntarias como un acto de solidaridad y ayuda básica. “Si dar agua a alguien que muere de sed es ilegal, ¿qué humanidad le queda a la ley en este país”, dijo en un comunicado Catherine Gaffney, voluntaria de No More Deaths.

Pero, de acuerdo a CNN, el juez de la causa señaló que el área donde entraron esas voluntarias está regada de “munición militar sin explotar, residuos de entradas ilegales a Estados Unidos y es zona de tráfico vehicular por caminos o a campo traviesa de vehículos de la Patrulla Fronteriza”. Por haber ingresado allí sin los permisos respectivos y por considerar que el dejar comida y agua allí alteraron la “naturaleza prístina” del citado refugio es que las voluntarias fueron halladas culpables.

La decisión ha sido criticada en términos éticos y, cabría preguntar dónde estará será la naturaleza prístina de un lugar plagado de munición sin estallar.

Por añadidura, un voluntario más de ese grupo, Scott Warren, enfrenta cargos penales de tráfico de personas tras haber dado comida, techo y abrigo a dos indocumentados. Su juicio será en mayo, de acuerdo a la televisora NBC. El grupo No More Deaths ha afirmado que esa acusación se hizo en represalia contra su activismo.

Y ese grupo ha criticado que agentes de la Patrulla Fronteriza tiran el agua y la comida que ellos dejan en el desierto para los migrantes necesitados, como se muestra en un video en YouTube.

En ese contexto, como se comenta en The Washington Post, se ha criticado que la administración de Donald Trump está criminalizando a las personas que, como el grupo No More Deaths, ofrecen ayuda humanitaria básica a los indocumentados que transitan por zonas de alto riesgo, una situación que es para ellos un imperativo moral.

+Pero las autoridades federales consideran que simplemente están aplicando la ley y las voluntarias juzgadas aceptaron haber hecho las acciones de las que se les acusó pero afirman que lo hicieron, de acuerdo a documentos de la corte citados por el Post, motivadas por sus creencias religiosas y su convicción de que todos deben tener acceso a los medios básicos para sobrevivir.

La justicia es ciega, se afirma, pero hay quien afirmaría, como el grupo No More Deaths, que hay momentos en que se debe abrir los ojos.