Samuel Little ha confesado al FBI los atroces crímenes que cometió impunemente de costa a costa del país durante más de 35 años.
Hasta ahora, son 90 los asesinatos narrados con lujo de detalles por este monstruo de 78 años. Una trágica saga, que de ser confirmada por los investigadores, lo ubicaría entre los “asesinos en serie más prolíficos en la historia de Estados Unidos”, si no el mayor, según un amplio informe del FBI divulgado esta semana.
Por lo pronto las autoridades han encontrado evidencias que corroboran 34 de los asesinatos confesados por Little y, de acuerdo al FBI, trabajan arduamente junto con la Oficina de Asistencia Judicial del Departamento de Justicia, la policía de Texas y docenas de agencias estatales y locales para encontrar coincidencias entre las confesiones del asesino y las evidencias recolectadas en los crímenes cometidos entre 1970 y 2005.
Samuel Little, quien a menudo se hizo llamar Samuel McDowell, se encuentra actualmente en una prisión de Texas, pero no precisamente por la estela de sangre que dejó de California a la Florida y que ahora confiesa.
En 2012, Little fue arrestado en un refugio cristiano para personas sin hogar en Louisville, Kentucky, y extraditado a California por un cargo de narcóticos, según el FBI. Fue en ese momento que la policía de Los Ángeles halló coincidencias de su ADN y tres homicidios sin resolver desde fines de los 80.
En todos los casos, las mujeres habían sido golpeadas antes de ser estranguladas, y sus cuerpos arrojados a un callejón, un basurero y un garaje. Un modus operandi que parece repetirse en otros casos, en los que sus víctimas eran casi siempre mujeres vulnerables, que encontraba solitarias en bares, night clubs o en la calle.
A pesar de defender su inocencia durante el juicio, incluso ante varias mujeres que contaron cómo escaparon a duras penas de episodios violentos similares a manos del homicida, Little fue condenado en 2014 a tres cadenas perpetuas consecutivas, sin posibilidad de libertad condicional.
Desentrañando la madeja
La saga criminal de Little comenzó a temprana edad y se extendió durante décadas. Después de abandonar la escuela secundaria en Ohio, “vivió una vida nómada”. El primero de muchos arrestos ocurrió en 1956, a los 16 años, y su “racha oscura y violenta” de delitos incluyó robo a mano armada en tiendas, fraudes, drogas e invasión de domicilio.
A principios de la década de 1980, Little llegó a ser acusado del asesinato de mujeres en Mississippi y Florida, pero logró zafarse de ambos delitos. Más tarde cumplió cárcel, condenado por agresión de una mujer en Missouri y por asalto y secuestro de otra en San Diego.
Después de vincular el ADN del asesino con los tres homicidios, la policía de Los Ángeles solicitó al Programa de Detención de Crímenes Violentos (ViCAP) del FBI un informe completo sobre Little.
“El FBI encontró un patrón alarmante y vínculos convincentes que llevaban a muchos más asesinatos”, según el informe. Fue entonces que el Programa contactó a los Rangers de Texas, como se le conoce a la policía de ese estado, para comunicar de otro caso congelado desde 1994 que sospechaban tenía conexión directa con Little. La víctima, una mujer joven estrangulada, respondía al nombre de Denise Christie Brothers.
“Encontramos un caso en Odessa, Texas, que se parecía mucho a sus crímenes”, explica la analista de delitos de ViCAP Christina Palazzolo en el informe del FBI.
En la primavera de 2018, Palazzolo y Angela Williamson, una asesora del Departamento de Justicia que trabaja también en el caso, acompañaron al oficial de los Rangers, James Holland, a California para interrogar a Little. Fue entonces cuando el asesino solicitó un traslado de la prisión de Los Ángeles a Texas. A cambio, Little estaba dispuesto a hablar.
“En el transcurso de ese interrogatorio en mayo”, cuenta Palazzolo, quien esperaba afuera junto a Williamson, “Little recorrió ciudades y estados, dándole al agente Holland la cantidad exacta de personas que mató en cada lugar”.
“Jackson, Mississippi, una; Cincinnati, Ohio, una; Phoenix, Arizona, tres; Las Vegas, Nevada: una… ”, hasta llegar a 90, revela la agente del FBI.
Si bien no siempre pueden precisar las fechas, de acuerdo con las agentes, Little recuerda muchos detalles de sus víctimas y cómo ocurrió cada muerte. “Recuerda dónde estaba y qué auto conducía. Logra incluso hacer dibujos de muchas de las tantas mujeres que mató”, dicen.
“Él es menos confiable, sin embargo, cuando trata de recordar fechas. La línea del tiempo incierta de Little impone un desafío de verificación para el equipo de ViCAP, junto con los dilemas que surgen en la investigación de sus víctimas, para hacer coincidir sus métodos y todo lo que se trasladó, que es una de las características de sus crímenes que explican cómo se las arregló para asesinar a tantas personas durante décadas sin ser detectado”, explica el FBI.
Tras la confesión, Little fue procesado por el homicidio de Odessa y extraditado a Texas unos meses después.
El asesino en serie permanece recluido en el condado de Wise, donde el agente Holland lo interroga casi a diario para tratar de juntar más detalles de sus crímenes, asegura el FBI en su informe.
Mapa del terror
Los crímenes de Little abarcan 14 estados del país según los investigadores, pero fue en California y Florida donde más se ensañó. En Los Angeles, California, Samuel Little confesó haber cometido 15 asesinatos, mientras que otros 10 los perpetró en la Florida: 4 de ellos en Miami.
El FBI ha divulgado un mapa con las presuntas víctimas de Samuel Little que aún están por corroborarse. La información que se muestra al seleccionar las ciudades en el mapa se basa en los interrogatorios a Samuel Little y reflejan sus recuerdos con fechas aproximadas.
De acuerdo con el “mapa del terror”, la mayoría de las víctimas de Samuel Little fueron mujeres negras, 46, seguidas de mujeres blancas, 10, y dos hispanas.
En la larga lista de Little también hay dos hombres negros, un joven de 16 años asesinado en 1984 en Gulfport, Mississippi, y otro de 18 años asesinado en 1971 o 1972, que “posiblemente” respondía por el nombre de “Mary Ann” o “Marianne”.
Como optó, principalmente, por matar a mujeres marginadas y vulnerables, a menudo involucradas en prostitución y drogas, en muchos casos sus cuerpos no fueron identificados y las muertes permanecen sin investigar.
El método de Little tampoco dejaba signos evidentes de que la muerte fuera un asesinato. El homicida es también un eximio boxeador, que, de un solo golpe, solía aturdir o noquear a las víctimas con su pegada poderosa, para luego estrangularlas.
Sin puñaladas ni heridas de bala, muchas de estas muertes no se clasificaron como homicidios en su momento, sino que se atribuyeron a sobredosis de drogas, accidentes, peleas o causas naturales, explica el FBI
Como pruebas de ADN a menudo no estaban disponibles, no podían proporcionar un vínculo claro con Little. Además, la mayoría de los asesinatos ocurrió en la década de 1970 y principios los 80, antes de que los perfiles de ADN estuvieran al alcance de los investigadores.
A partir de los interrogatorios a Samuel Little, el FBI examina cada vínculo que pueden encontrar, desde registros mortuorios y certificados de defunción hasta archivos de casos congelados. Pero la ausencia de datos ha dificultado la confirmación de otros crímenes, cuando aún restan por aclarar 56 asesinatos confesados.
Una de las confesiones de Little involucra el asesinato de una mujer en el condado de Richland, Carolina del Sur, hace más de 40 años, según AP. Evelyn Weston, de 19 años, recibió un disparo en la cabeza en septiembre de 1978.
El entonces alguacil del condado de Richland, Leon Lott, examinó el cuerpo de la mujer tras su muerte. Cuarenta años después, Lott, que aún ejerce en el cuerpo policiaco, recibió una llamada de los agentes de Texas informando que Little había confesado haber disparado a una mujer en la cabeza en ese condado, informa AP.
“No voy a decir que te persiguen, pero siempre están en tu mente”, dijo Lott sobre el caso de Weston en una conferencia de prensa el 21 de noviembre, donde se negó a compartir detalles sobre la muerte de la joven hasta que se pudiera confirmar la conexión con Little.
El caso de “Jane Doe”, seudónimo para identificar una mujer que apareció muerta en un callejón en New Orleans es también citado por el FBI en su informe.
“Puede parecer un evento aislado”, dice Kevin Fitzsimmons, analista del FBI, “pero cuando se entra a la base de datos de ViCAP y se compara con casos de otras muertes misteriosas o de personas desaparecidas, surgen los patrones”, explica el especialista involucrado en la resolución de los asesinatos en serie.
La salud de Little está deteriorada y es probable que muera en la cárcel de Texas, por eso, para el FBI, el objetivo ahora es “identificar a sus víctimas y proporcionar un cierre y justicia en los casos no resueltos”.
Para obtener más información o reportar posibles vínculos con los asesinatos cometidos por Samuel Little, el FBI ha divulgado el número: 800-634-4097.